…lo demás son caletas. ¡Qué difícil es resumir, en una página, todos los momentos vividos en la preciosa ciudad del norte de Chile!
Día 18. Iquique, 13 de julio de 2019.
Ayer llegamos a Iquique. Un cúmulo de sensaciones indescriptibles. Un lugar bañado por el Pacífico y, a su vez, coronado por cerros que anuncian el desierto. Un prodigio de la naturaleza que me hechiza desde el primer instante.
El rumor de las olas me lleva a la calma. La luz gris me envuelve; el aire limpio y fresco me purifica. La temperatura, más agradable que en Santiago, me acompaña a perderme, feliz, en el entorno y en la compañía. La ciudad, enclavada entre dos paisajes solo en apariencia antagónicos, se erige como el centro más notable del norte de Chile.
Me esperan unos días maravillosos entre el agua y las rocas.
Día 22. Iquique, 17 de julio de 2019.
Nuestra idea original era visitar el Museo Corbeta Esmeralda, pero un desencuentro con los encargados frustra nuestro objetivo. No nos importa: nuestros ‘Planes B’ siempre salen mejor que los iniciales. Un paseo en lancha que incluye llegar hasta la boya donde se hundió la corbeta chilena ‘la Esmeralda’, amenizado por un simpático guía peruano que nos adentra en la Historia convirtiéndonos, con su relato, en protagonistas del Combate naval de Iquique.
21 de mayo de 1879. Bahía de Iquique. En plena guerra del Pacífico, se enfrentan la 'Esmeralda', corbeta chilena al mando del Capitán de fragata Arturo Prat y la embarcación peruana 'Huascar' al mando del Capitán de Navío Miguel Grau. Tras más de cuatro horas de combate, la corbeta fue hundida por el espolón del monitor peruano, pero la tripulación comandada por Arturo Prat luchó, sin descanso, hasta su último aliento. La derrota supuso el levantamiento del bloqueo del puerto de Iquique, pero los protagonistas chilenos serán recordados como verdaderos héroes (...) [narración propia].
Lleno los pulmones de aire limpio, mientras me relajo viendo el aleteo en grupo de las gaviotas, a lo lejos, y disfruto del vaivén del movimiento de la lancha al son que le marca el mar.
Terminada la experiencia, salimos de la embarcación, abandonamos el muelle y ponemos rumbo, disfrutando cada paso, al centro de la ciudad. El día ha vuelto a amanecer gris, pero la temperatura es agradable. Las calles están tranquilas y puedo entretenerme en registrar detalles de cuanto observo. Iquique tiene muchos encantos, pienso al llegar a la plaza Arturo Prat. Una foto delante del reloj, aderezada por recuerdos de la niñez y la algarabía de unos niños montando en bicicletas de tres ruedas. Es una pena que el teatro esté cerrado y no se pueda visitar. La bandera española ondeando, junto a la chilena, en el Casino Español, un lugar de aspecto vistoso, emulando el arte morisco.
Tras una deliciosa comida, visitamos una librería-imprenta especializada en la Historia de Iquique. Me llevo grabadas bonitas imágenes y varios títulos que leeré con gusto.
¡Un día fantástico, bañado de recuerdos!
Día 23. Iquique, 18 de julio de 2019.
El sol, hoy, luce con fuerza. El día, más propio de la primavera, nos invita a caminar siguiendo la línea de playa. Personas tumbadas en el césped, bajo la sombra cercana a la arena. Algunos caminantes en la línea marcada por la marea.
Disfrutamos de cada minuto; nos dejamos llevar por el encanto del paisaje. ¡Seguimos!