61. Pesadilla postconfinamiento

Son las 4:39 de la madrugada. Me despierto sobresaltado, empapado en sudor y con las sábanas y la manta revueltas en el suelo. Otra vez me perturba ese maldito e inexplicable sueño: me veo corriendo, desnudo, a través de un camino enmarañado de malezas y peligros. Cada vez que miro a uno y otro lado, descubro risas perversas de seres anónimos que me gritan, llamándome cobarde y otras lindezas que prefiero no reproducir en mi mente consciente.

Cuando llevo recorrido ese trayecto un tiempo que me parece una eternidad, llego, de súbito, a una explanada donde una voz femenina que me resulta familiar pero no logro identificar me habla, pausadamente, casi en un susurro: «todo es culpa tuya, Asier. ¿Es que todavía no te das cuenta? Los contagios, la miseria, las muertes. Tuviste en tu mano detener este desastre y miraste para otro lado. Cada pérdida, pesará sobre tu conciencia».

En ese momento, el escenario se desvanece y aparezco en la habitación donde me encuentro. Estoy llorando desconsoladamente. Sin saber muy bien de dónde, aparece frente a mí un espejo que me muestra mi rostro: me descubro colmado de heridas y sangre, desfigurado. No soy capaz de articular palabra; de mis ojos solo brotan lágrimas.

De nuevo, aquella voz, dulce aunque imperativa: «Asier, ¿ya has sufrido suficiente? Arrepentirse es muestra de valentía… ¡despierta!».

A pesar de la hora, voy a la cocina a prepararme un café. Me he resignado a pasar, de nuevo, una noche en vela.

Publicado por

Javier Sánchez Bernal

Licenciado en Derecho, Máster Universitario en Corrupción y Estado de Derecho y Doctor por la Universidad de Salamanca. Líneas de investigación: Derecho penal económico, Derecho y deporte, corrupción pública y privada. Proyecto de escritor.

4 comentarios en «61. Pesadilla postconfinamiento»

  1. Ante una situación cómo esa solo se me ocurre (Tanto si es ficción cómo si no) que el subconsciente nos pone a prueba para darnos cuenta de lo que nos rodea, o no es más que la confirmación de que no somos conscientes de lo que nos rodea. Y la realidad es aumentada, (Nunca mejor dicho) Me ha gustado cómo en tan poco espacio dices tanto. No es fácil. Un saludo!! feliz fin de semana.

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    1. ¡Muchas gracias por pasarte y por tu comentario! El relato es ficción, pero estoy de acuerdo contigo: creo que el subconsciente nos está poniendo a prueba, en estos días, de muchas formas, para poder afrontar con más responsabilidad el futuro que se nos presenta. ¡Gracias por tus palabras! Un abrazo y buen fin de semana para ti también.

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