67. Secreto de sumario (II)

Una ducha fría era la mejor receta para pensar. Por un lado, resultaba extraña la forma en que Suárez me había hablado del supuesto trabajo y, por otro, la misteriosa comunicación. ¿De quién procedía? Estaba seguro de que nadie nos había escuchado, ¿cómo sabría la remitente lo que habíamos hablado? Lo cierto es que nunca he creído demasiado en la intuición del periodista; por lo que a mi experiencia se refiere, una buena historia tiene más que ver con la suerte que con el olfato. Pero, por primera vez, parecía distinto: algo no pintaba bien en todo aquello. Me sentía al borde de un abismo, por lo que me obligué a dejar de pensar en el asunto. Abriría el sobre de la desconocida al día siguiente.

Me desperté media hora antes de que sonara el despertador y eso que soy una persona a la que le gusta madrugar. No había logrado descansar: había alternado minutos en duermevela con otros de vigilia insomne. Miré distraídamente el teléfono móvil y me sorprendió un nuevo mensaje del mismo número que el día anterior. Había sido enviado una hora antes de que abriera los ojos:

Buenos días, señor Yagüe. Espero no despertarlo. Quería disculparme por la frialdad de nuestro primer contacto y por la intromisión en su intimidad. Por el momento, no puedo revelarle mi identidad, pero todo llegará en el momento adecuado. Le pido que confíe en mí. Por favor, cuando compruebe el contenido, guárdelo y deshágase del sobre; destrúyalo o quémelo, pero no deje rastro. Cuando lo haya visto, volveré a escribirlo. Que tenga un buen día.

¿Pero… qué diantres? ¿Cómo va a saber cuándo he abierto el sobre? ¿Me estarán vigilando?

Decidí no salir a correr aquella mañana, a pesar de contar con tiempo de sobra; no me encontraba con ánimo. En su lugar, dirigí mis pasos al bar Los Secretos, un pequeño local de exterior algo deteriorado pero que guarda, en su interior, uno de los rincones más agradables de la ciudad. Además, se encuentra relativamente cerca de la redacción, por lo que después no tardaría en llegar. Elegí una mesa algo apartada al fondo del espacio, guarecida por un robusto tabique, desde la que podía observar la calle desde la ventana sin ser visto. Era mi preferida.

—Buenos días, Andrés. ¡Qué raro verte por aquí un día entre semana! —Lucio, uno de los dueños, me saludó con una amplia sonrisa—. ¿Qué va a ser? ¿Lo de siempre?

—Buenos días, Lucio —respondí, cortés—. No, hoy ponme un café solo doble con edulcorante, necesito despertarme como sea.

—¡Marchando, amigo! —y volvió a la zona de la barra silbando aquella melodía que había llegado a convertirse en seña de identidad de aquel hombre menudo y simpático.

La discreción era una de las cualidades que más admiraba de cómo Lucio y Sophie regentaban su negocio. Sin duda, el hecho de que la mujer hubiera sido, en su juventud, miembro de los servicios de inteligencia francesa, le había conferido unas dotes admirables para la prudencia y un carácter reservado que había sabido trasladar a su vida personal. Me sirvió el café extremadamente caliente, como debía ser, acompañado de un par de pastas de té, las cuales, a pesar de su apetitoso aspecto, preferí rechazar.

Había llegado el momento. Ninguna señal en el exterior; no había nada escrito. Se trataba del típico sobre de color beige acolchado con burbujas. Rasgué la solapa y miré. Para mi sorpresa, dentro únicamente encontré una pequeña llave (de tamaño similar a la de un buzón, si bien parecía de seguridad) y una nota:

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Publicado por

Javier Sánchez Bernal

Licenciado en Derecho, Máster Universitario en Corrupción y Estado de Derecho y Doctor por la Universidad de Salamanca. Líneas de investigación: Derecho penal económico, Derecho y deporte, corrupción pública y privada. Proyecto de escritor.

4 comentarios en «67. Secreto de sumario (II)»

  1. Me gusta mucho porque se está volviendo más intrigante y a la vez parece invitar al lector a que resuelva el misterio por si mismo en una especie de «escape literario» , aunque ni siquiera sé si es posible resolverlo. El título de la propia imagen parece dar una pista pero no logro llegar a más.
    Un saludo

    Le gusta a 2 personas

    1. Has sido muy avispado con lo del título de la imagen (ya lo he cambiado, para no ponerlo tan fácil, de momento). Pero sí, vas por el buen camino. El significado del mensaje, la llave… todo debería llevar a Andrés Yagüe al siguiente paso, pronto. ¡Gracias por leer y por el comentario! ¡Un abrazo!

      Le gusta a 1 persona

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