Cavilaciones albugíneas

¡Feliz 2021 a todos y todas! Espero, sinceramente, que este nuevo año esté repleto de mucha salud, éxitos, amor y mucha paz, para cada uno y para compartir! ¡Y qué mejor forma de disfrutar de este blanco mes de enero que participar en el reto literario «Escribir Jugando» de Lídia Castro.

Para este microrrelato, me he servido tanto de la imagen principal como del objeto del dado, un frasco, así como he seguido el reto Opcional: que aparezca algo relacionado con la invención de la bombilla (el objeto, el inventor o el año). 

¡Espero que os guste! ¡Con mis mejores deseos!

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«¿Y si la inspiración pudiese adquirirse en un frasco, cual preciada esencia? ¿Y si las ideas llegasen al alma como una bombilla que alumbra espontáneamente en medio de una lóbrega noche de invierno?».

Divagaba en torno a ello mientras sorbía un aromático café, añorando aquellos días en que el sonido de las teclas asemejaba el canto de alegres ruiseñores en el Edén de las Letras. Tras su partida, sin embargo, tal paraíso se había desvanecido con la lluvia de pesadumbre y arrepentimiento que había inundado mi corazón, arrasando con todo atisbo de lucidez.

Sentir o padecer, tal es mi tribulación.

(100 palabras)