Un café con mi creador: tercer aniversario

La Buhardilla, 2 de febrero de 2021.

Para celebrar el tercer aniversario desde la reapertura de la Buhardilla, hoy cuento con un invitado especial: voy a compartir unas palabras con Javier Sánchez Bernal (o Javier S. Bernal, como firma si pretende hacerse el interesante), la persona que me dio vida y que está detrás de cada una de mis aventuras… y desventuras. ¡Pasad y poneos cómodos!

Tristán.

* . * . *

T. —Buenas tardes, Javier, pasa. ¡Cuánto tiempo sin visitar la Buhardilla!

J. —Hola, Tristán, qué agradable es volver a charlar contigo. ¿Cómo sigue todo?

T. —Bien, llevando el frío lo mejor posible y cuidándome mucho del COVID-19. Afortunadamente, el calor de los libros consigue un ambiente agradable aquí dentro. Voy a servir café. ¿Cómo lo quieres?

J. —Con leche y una pizca de azúcar, gracias.

(Sentados)

T. —Me gustaría que me contaras de dónde surge todo esto. ¿Por qué un blog y por qué La Buhardilla de Tristán?

J. —Es una historia un poco larga. Voy a tratar de resumir… A mí siempre me ha gustado escribir, aunque nunca tuve el valor para dedicarme a ello profesionalmente. Mi primer recuerdo es una pequeña novelita que escribí, a cuatro manos, con un compañero del colegio, cuando ambos teníamos 14 años. Era más bien una mini historia de amor adolescente, pero, a partir de ahí, me picó el gusanillo de las letras. Después, durante mis años de Bachillerato (entre los 16 y los 18 años), estudié Humanidades y, gracias al Latín y al Griego y a la asignatura de Literatura, me di perfecta cuenta de que leer y escribir me hacían sentir bien. Como anécdota, te cuento que, en aquellos años, gané un concurso de poesía que se convocó para todos los alumnos (no he ganado muchos otros después). Recuerdo el premio: un maletín con libros y material escolar. Me temblaba todo cuando me enteré…

T. —Apuntabas maneras, al parecer…

J. (Risas). ¡Qué va! Durante aquellos años comencé a escribir, casi compulsivamente, algunos poemas. Una persona los leyó y me animó a que se los presentara a un poeta local, porque me aseguró que eran buenos. Sin embargo, la opinión de aquel fue otra: se deshizo de mí, asegurándome que mejor me dedicara a otra cosa o que, en su defecto, leyera mucho antes de pensar siquiera en escribir algo medianamente malo. Es posible que, si me hubiera cruzado con él hoy en día, hubiese sacado enseñanzas positivas de sus palabras, pero, en ese tiempo, me desmoralizó mucho.

Más tarde, en los primeros años de Universidad (allá por los años 2004-2005), con el boom de los blogs, varios amigos y compañeros se crearon uno y, a pesar de mi fracaso como poeta (Risas), me animé. Aquella fue la primera etapa de la Buhardilla de Tristán (alojada en Blogspot, posteriormente Blogger). Lo cierto es que no tenía muy claro el perfil de contenidos ni el target de destinatarios, así que se convirtió en una miscelánea; una especie de cajón de sastre en la que tanto podía escribir un relato, como solía hablar de política o de deporte. Tras dos o tres años de atención, el final de mis estudios universitarios y el inicio de la vida laboral, me hicieron abandonarlo y renunciar durante un tiempo a esta faceta de juntaletras.

T. —¡Para, para, que te embalas! Antes de que continúes, ¿por qué “la Buhardilla” y por qué decidiste llamarme Tristán?

J. —Puede que no te lo creas, pero, inicialmente, “Tristán” no buscaba designarte, sino que se trataba de un topónimo. Por aquellos días, mis amigos y yo jugábamos mucho a un videojuego (Diablo) que se desarrollaba en la ciudad de Tristán. Poco a poco me fui dando cuenta que también funcionaba como apelativo personal y me gustó, por su ambivalencia. Decir “la Buhardilla de Tristán” podía referirse tanto a un lugar situado en la ciudad de Tristán, como a una propiedad de una persona llamada así.

Ha sido en esta segunda etapa cuando definitivamente ha adoptado el sentido de nombre propio y, por ello, estás tú hoy aquí sentado…

T. —Lo que hay que escuchar… o sea, que estoy vivo de rebote. Lo tendré en cuenta… pero, dime, ¿por qué volviste? ¿Y por qué ya no en Blogger sino en WordPress?

J. —Uff, veamos. Hoy hace tres años, yo pasaba por una época… no sé si complicada, pero sí de transición: tanto en lo profesional (me había doctorado apenas dos meses antes y no tenía trabajo) como en lo personal. Sentía que tenía muchas cosas que decir y que había sensaciones, sentimientos… que me apetecía expresar de un modo distinto. Unas semanas antes de reabrir la Buhardilla, había comenzado a publicar algunas bernalinas (hoy una sección del blog) en Instagram, porque me habían dicho que era moda, pero no me terminó de convencer.

Volví a sentir la llamada de la Buhardilla. Quería volver a abrirla y rescatarla. Tenía muy claro, eso sí, que la enfocaría de forma diferente a la primera vez: el blog solo serviría para dar forma literaria a mis propias creaciones. Por ello, cambié el sistema de gestión de contenidos (de Blogger a WordPress) y decidí eliminar aquella primera versión de años atrás. Debía conseguir un re-nacimiento.

T. —Te he escuchado decir que escribir una novela sería algo fantástico, ¿para cuándo?

J. —Pues… no lo sé. He tenido varias ideas, alguna creo que interesante, pero hay por ahí un cierto miedo a escribir un libro.

T. —Bueno, en realidad, ya has publicado uno…

J. —Sí, de temática jurídica. Estoy muy orgulloso de ello, si bien me gustaría tener el tiempo y ese toque de inspiración para contar otras historias más allá de la Buhardilla.

T. —¡Madre mía! Un relato, el tuyo, tan interesante como peculiar (como lo que publicas en mi casa).

En fin, querido Javier. Parece que se hace de noche y se acercan las 20:00 h. No digo nada, pero tal vez debamos pensar en dejar esta conversación para otro día… mira que no te pille el toque de queda en la calle (Risas).

J. —Muy sutil. (Risas). Gracias por invitarme esta tarde. El café estaba exquisito. Pues nada, ha sido un placer acercarme: ojalá este sea el tercero de muchos cumpleaños más y que los dos, junto a nuestros lectores, ¡¡lo disfrutemos con salud!!

Publicado por

Javier Sánchez Bernal

Licenciado en Derecho, Máster Universitario en Corrupción y Estado de Derecho y Doctor por la Universidad de Salamanca. Líneas de investigación: Derecho penal económico, Derecho y deporte, corrupción pública y privada. Proyecto de escritor.

15 comentarios en «Un café con mi creador: tercer aniversario»

  1. Lo primero de todo ¡Felicidades por estos 3 años oficiales del nacimiento de este blog! Sin lugar a duda fue una gran decisión que ahora todos nosotros podemos disfrutar al amigo Tristán. Me ha encantado conoceros a los dos y espero seguir leyéndoos durante más años.
    Un abrazo!

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    1. ¡Muchísimas gracias por la felicitación y por tu comentario! La verdad es que hoy es un día muy especial y mucho más gracias a todos los/as amigos/as blogueros/as que estáis dedicando un ratito de vuestro tiempo a leer y a compartir cada día. ¡Que sean muchos más! ¡Un abrazo!

      Le gusta a 1 persona

  2. Marzo del 2017.

    Aterricé en la antigua Buhardilla.

    Una nube de polvo dorado se levantó de un mar de hojas de papel. 

    Había llegado por casualidad. De las pocas veces que investigaba por Facebook, entré en su página, aún no sé como llegué a aquel link. El nombre de Tristán me produjo tanta curiosidad, que no pude evitarlo y pinché ahí. 

    Y ¡boum! allí estaba patas arriba, en mitad de aquel mar de papel.

    Me froté la cabeza, y comencé a investigar. Con muchísimo respeto, el respeto que te infunde una silenciosa catedral, cogí una de aquellas hojas y la miré a contraluz, en aquel pequeño rayo de sol que entraba por el ventanal. 

    Al cabo de un rato, miré mi reloj y me asusté, porque había pasado una hora y media en lo que a mí me habían parecido segundos. Tan embebida estaba leyendo todas esas filigranas, que apenas me habia dado cuenta del tiempo. Con algunos de los poemas en mis bolsillos, salí de la Buhardilla por el ventanal, bajando por el manzano cuyas ramas mustias cubrían el tejado de pizarra, y corrí a casa.

    Decidí escribir a Tristán. Al principio dudé. ¿Y si había entrado sin permiso en su templo? ¿Y si aquella Buhardilla era un lugar secreto, solo para él? Pero después me decidí; que carajo, era mi amigo. Y no podía permitir que su arte quedase allí encerrado para siempre, como la preciosa Casa Desilusionada de Emily, la de Luna Nueva. 

    «He estado paseando por la Buhardilla» le solté sin mucho preámbulo.

    «¿En serio? ¿Cómo la descubriste? La Buhardilla lleva mucho tiempo cerrada…» respondió él, muy sorprendido.

    «Yo la reabriría. Escribes de una forma muy bella, Tristán» insistí, porque cuando algo es cierto, no puedo evitar decirlo a los cuatro vientos.

    «Creo que ser escritor es una de mis vocaciones ocultas, pero no sé …» humilde siempre, Tristán quedó en silencio. 

    «He visto historias. Historias increíbles a media creación. Sería genial que les pusieras un final feliz» volví a la carga.

    «Ojalá vuelva la inspiración» suspiró él. «Tienes razón, quizás las retome algún día».

    Y pasó el tiempo. Y un día, hoy hace 3 años, Tristán subió las escaleras con una pequeña llave de plata en la mano, y abrió la Buhardilla para siempre. El polvo desapareció. Las hojas se apilaron y cosieron, tapas de terciopelo las precedieron.

    Volúmenes y volúmenes de poesía, novelas, microcuentos, letras y letras de oro firmadas con la rúbrica del artista. Aparecieron cómodos sofás y cojines mullidos, para que todo aquel que quisiera se sentase a disfrutar de los maravillosos textos. Palmatorias de luz cálida y el dulce olor de las flores del manzano, que había rebrotado de forma espectacular.

    Hoy he pasado por delante del edificio con tejado de pizarra, con demasiada prisa. Me he detenido por un instante, mirando hacia arriba. He visto por el ventanal sombras, voces alegres, siluetas de personas embebidas en la lectura. La silueta de Tristán, hablando con alegría de sus nuevas historias.

    La añoranza me ha golpeado con fuerza.

    He querido lanzar las obligaciones al aire y subir corriendo a compartir esa emoción. Y al mismo tiempo, he sentido un terrible orgull al ver a tantos corazones disfrutando del arte de mi amigo, porque lo merecía. Con creces. 

    Y sentí, allía abajo, mientras caían las flores de manzano y un mirlo cantaba escondido, que aquella caída fortuita en la antigua Buhardilla, había sido una de las caídas con más suerte de toda mi vida.

    Felicidades Tristán.

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    1. Se me ha erizado la piel recordando aquella conversación de 2017. ¡Cuánto polvo había acumulado la vieja Buhardilla! Podría llenar este comentario de palabras y, ni con todas, llegaría a expresar el profundo agradecimiento que os profeso a todos quienes, como tú, me apoyáis en esta aventura de escribir. La Buhardilla no sería lo mismo sin cada uno de vosotros y vuestro aliento.

      Soy muy afortunado por todos vosotros. ¡Muchas gracias! ¡Y, ojalá, sean muchos años más!

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  3. ¡Felicidades a los dos! Mira qué me he preguntado veces a qué se debía lo de «Tristán»… Lo de la novela estaría muy bien, pero, ay, amigo,… con eso no se acredita uno. Está visto que el tiempo es el bien más preciado del mundo.

    Enhorabuena por todo.

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  4. Felicidades!!!! Que tus letras siempre fluyan con alegría y libertad! 🌈🌈🌈

    Eso sí, deja al Tristán allá antes de venir a casa porque me puedo confundir 😱 jjajajajajaja Te amo! 💜

    Que sean muchos años más!!!!🎉🎊🎈🎁

    Le gusta a 1 persona

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