Memorias de otro hoy

Este mes casi no llego, pero, ¡aquí está! Mi participación en el reto «Escribir Jugando», propuesto por Lídia Castro, en su blog. 

Para la elaboración de este microrrelato he utilizado tanto la imagen de la carta como el objeto del dado, un teléfono. Además, he seguido el desafío opcional: Que aparezca en la historia algo relacionado con el espino (año de creación, inventor o el propio alambre).

¡Espero que os guste!

* . * . *

Sentía su corazón cubierto de espino cuando miró fijamente el teléfono sobre la mesilla de noche. ¿Debía llamarla? ¡Qué desdichada se sentía desde aquella triste noche en que se dijeron adiós! Promesas incumplidas, lealtades quebrantadas y ahora, ella, tan fría y desdichada, había olvidado aquellos ojos que la habían llevado, tantas veces, al cielo.

No podía mentirse, la echaba de menos… extrañaba, sobre todo, esa paz que eran capaz de irradiarle aquellas cálidas caricias, aquellos intensos besos y aquella luminosa sonrisa sin fin.

Abrió su libro favorito, su bálsamo, y la encontró: aquella rosa disecada, recuerdo de una felicidad pretérita.

(100 palabras)