¡Bienvenido/a al reto: “Una palabra por 30 días”! Desde el pasado 10 de mayo hasta el próximo día 8 de junio, publicaré un post diario con un microrrelato que contenga la palabra correspondiente de la siguiente imagen. Además, el relato contendrá el número de palabras que resulte de generación aleatoria.
¡Me encantaría que participaras y dejases tu creación en los comentarios! Puedes consultar las bases, aquí.
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Día 14: 23 de mayo de 2021
Palabra del día: MUÑECO
Extensión: 372 palabras
Recuerdo aquel Día de Reyes como si fuese ayer; tendría yo, tal vez, cuatro o cinco años y mi hermana uno más. En nuestra casa nunca había sobrado el dinero, pero mucho menos había faltado la ilusión y las dificultades económicas eran suplidas con creces por un amor y un apoyo incondicionales.
A ella le regalaron un bonito muñeco de trapo, con varios vestidos de recambio, que, según supimos tiempo después, había elaborado mi madre durante meses. Yo, como el pequeño de la casa, era el último en descubrir mi regalo. Con toda la emoción, busqué afanadamente un paquete con mi nombre bajo el belén. Sin embargo, nunca lo encontré por más que me esforcé.
Mi padre, con el rostro demudado, me explicó que, aquel año, los Magos habían decidido obsequiarme con algo especial y que tuviera fe. Como podréis comprender, aquellas buenas intenciones no ayudaron, en aquel momento, a que yo disfrutase de aquel día. Mi madre, por su parte, se mostraba apenada y, ante cualquier oportunidad, cruzaban una mirada de preocupación.
Aquella noche, cuando me iba a dormir, encontré un texto manuscrito debajo de la almohada de mi cama:
Querido Antonio Manuel:
Sabemos que estás triste por no haber recibido el camión teledirigido que habías pedido. Por eso, te hemos escrito esta carta para explicártelo. Por favor, guárdanos este secreto, ¿vale?
Tu hermana María Isabel ha sufrido mucho este último año debido a su enfermedad y, como sabíamos que tus padres y tú habéis rezado mucho para que se recuperara, hemos utilizado toda nuestra magia para concederos vuestro deseo.
Ese es tu regalo este año. Estamos seguros que vas a ser muy feliz con ella.
Te queremos mucho.
Melchor, Gaspar y Baltasar.
Fui el niño más feliz con aquella revelación y, hasta hoy, la considero el mejor presente que pude recibir. Muchos años después mis padres me contaron que habían logrado comprar el camión con lo que habían ahorrado en aquel trabajo abusivo de doce horas diarias, pero que habían sufrido un robo, al salir de la tienda, aquel mismo día.
Las lágrimas recorrieron sus mejillas, a pesar de los años transcurridos y yo solo pude darles un abrazo y susurrar un sentido agradecimiento. Nunca olvidaré su lección de vida.
¡Hola, Javier! Jo, qué cuento de Navidad más bonito. Imposible evitar que se humedezcan los ojos. Un abrazo!
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¡Hola, David! Muchas gracias por tus palabras. Ahora soy yo el que se emociona… ¡me alegra que te haya gustado! Muchas gracias, una vez más, por pasarte por la Buhardilla y comentar. ¡Un abrazo!
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Que relato más bonito. Me ha hecho llorar. Felicidades por él.
Un saludo
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¡Muchas gracias por tus palabras! ¡Qué hermoso cuando alguien te hace llegar que un escrito ha emocionado así. Gracias por pasarte y comentar, Dolores. ¡Un saludo!
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Otro maravilloso recuerdo. Qué alegría!
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¡Muchas gracias por leer y por tu comentario! ¡Un saludo!
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