Metadistópolis (II): realidad ¿virtual?

Llamo al ascensor más cercano a mi puerta mientras compruebo que llevo en mi maletín todo lo necesario. Me acomodo las SmartGlasses, sincronizándolas con mi SmartPhone y elijo una lista musical al azar de entre las sugeridas. Los auriculares de mis fantásticas gafas comienzan a reproducir la primera canción con un envolvente sonido 5.1 a la par que escojo la opción de “realidad aumentada” para combinar sonido e imágenes.

Absorto en ello no reparo en que a mi lado se ha situado una joven de aspecto saludable, unos tres o cuatro años más joven que yo. Es mi nueva vecina. Hace un par de meses que ha llegado al departamento 327, dos puertas a mi derecha. Siguiendo las normas de conducta de la comunidad de propietarios, desconecto tanto el teléfono móvil como las gafas. Mientras los guardo en el maletín, me pregunto por qué sigo refiriéndome a estos dispositivos con los nombres que tenían a finales del siglo pasado y principios del presente.

—Buenos días, vecino —me saluda, acompañando sus palabras con una enérgica sonrisa—. Disculpa, no recuerdo cómo te llamas. Soy un desastre para los nombres… ¿Te importa si bajo contigo?

Su voz suena rítmica, brillante. En ese instante la puerta del ascensor se abre.

—Buenos días. En absoluto, pasa, por favor —respondo, pausado.

Es una auténtica maravilla descender veintiún pisos en algo menos de doce segundos y medio. Me despido de la chica, justo al abandonar el ascensor, y busco mi punto de registro de entradas y salidas en el panel situado en el hall recibidor del bloque de viviendas. Cuando localizo el monitor “323”, permito que lea el Código QR+ que he recibido esta mañana del Ministerio de Sanidad y se encuentra almacenado en mi SmartPhone. Una pequeña luz verde parpadeante me indica que ya puedo abandonar el edificio.

Segundos después recibo el mensaje de confirmación en mi terminal:

Salida de: Edificio G-10–0073. Departamento 323. Código Nacional de Identificación: P6984864X856J. Fecha: **.**.****. Hora: **.**. (datos enviados al S.N.R.D.C.) Autorizado. Recuerde cumplir lo establecido en su Informe Diario de Salud.”

Consulto la hora. Tengo apenas veinte minutos para llegar a la oficina, por lo que no tiene sentido desplazarme en el coche. Reviso mi Pasaporte digital en la aplicación del SmartPhone y compruebo, aliviado, que dispongo de saldo suficiente en mi Cuenta de Acreedor de Prestaciones Comunes para varios viajes en Transporte Urbano de Alta Velocidad.

Mientras camino a la estación más cercana, una gran pantalla, de las que instaló el Gobierno en varias calles principales de la capital, anuncia la información diaria de interés:

Temperatura: 18,7º C.

Humedad relativa: 39%.

Intensidad de luz solar: 55%.

Previsión: parcialmente nublado con probabilidad de precipitaciones a partir de las 16:12 horas.

Sectores con circulación permitida para medios de transporte privados: 0001-0020, 0061-0080.

Medios de transporte privados autorizados para circular: matrícula-patente finalizada en número par (no 0).

Ocupación máxima permitida de los Transportes Urbanos: 69% de las plazas autorizadas.

Ocupación máxima permitida de los medios de transporte privados: 90% de las plazas autorizadas.

Aforo permitido en espacios públicos: 80% de la capacidad máxima autorizada.

Aforo permitido en espacios privados: 100% de la capacidad máxima autorizada.

Más información: Ministerio de Desplazamientos y Circulación. Gobierno de Metadistópolis.

Las limitaciones impuestas para hoy no son excesivas. Se alinean los astros: parece que será un buen día.

* . * . * GLOSARIO * . * . *

Sistema Nacional de Registro de Desplazamientos y Circulación (S.N.R.D.C.)

Metadistópolis (I): nuevo comienzo

Bip, bip. El D.R.P. activa la “función despertador” a la hora programada, las 07:23 de la mañana. Pasados dos segundos, abro los ojos despacio, permitiendo que la claridad del nuevo día despeje mis sentidos. Desconecto la repetición automática de la señal del D.R.P. realizando un breve movimiento circular en la sien, con el dedo índice de mi mano izquierda, hasta que siento el zumbido característico. Me levanto de la cama, somnoliento; creo que no acerté con la composición del comprimido que ingerí anoche para inducirme un sueño reparador. Entro en el cuarto de baño, directo a la Cámara de Análisis Integrado, un costoso equipo médico que se convirtió en obligatorio en todos los hogares tras la Segunda Ola: temperatura, tensión arterial y pulsaciones dentro de los márgenes de normalidad. Una pequeña aguja toma una muestra de sangre de mi dedo índice de la mano derecha. En este caso, yo no puedo acceder a los resultados desde mi C.A.I.; estos son enviados directamente a la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad.

Mientras espero la autorización pertinente, decido darme una ducha. Activo mi SmartPhone a través del reconocimiento facial y la confirmación con huella digital y elijo el modo de “ducha número 2”. Inmediatamente una luz potente de un azul turquesa invade todo el espacio. La “Primavera” de Vivaldi acompaña a unos chorros de agua a diferentes presiones y temperaturas que comienzan a recorrer mi cuerpo. Tras enjabonarme por completo, me regalo unos minutos hasta que finaliza el hidromasaje. Hoy es un día importante, por lo que elijo mi mejor traje: un Emporio Armani de lana fría. Tres piezas en gris plata, con camisa de seda blanca y una corbata Charvet del mismo material en color cobalto.

El centro de impresión conectado al miniprocesador recibe el informe del Ministerio de Sanidad derivado de la toma de mis constantes vitales. Código 1: hoy puedo circular por áreas urbanas e interurbanas sin restricciones hasta las 03:21 horas de la madrugada del día siguiente. Va a ser un gran viernes. La información que acabo de recibir se carga en la aplicación de mi teléfono móvil, generándose un Código QR+ que habré de escanerar en cualquier edificio, público o privado, al que pretenda acceder, así como deberé mostrar si la autoridad competente me requiere. Me dirijo a la cocina y le indico a la Inteligencia Artificial que deseo un “desayuno especial sencillo”. Unos segundos después la cafetera ha elaborado un café solo, de un grano procedente de Costa Rica, con doble tostado, endulzado con un gramo y medio de azúcar de caña. Lo acompañan un zumo de naranjas de Valencia y dos tostadas de pan blanco con ajoaceite. Me siento a la mesa y me coloco las SmartGlasses. Veamos qué dice la prensa del día.

Unos minutos después, consulto la hora. Ha llegado el momento de salir. Conecto el Panel Centralizado de Domótica y elijo la opción de control «automático-remoto de bajo consumo». La puerta se cierra tras de mí, suavemente. Estoy listo para triunfar.

* . * . * GLOSARIO * . * . *

Cámara de Análisis Integrado (C.A.I.)

Dispositivo de Reacción Psicomotriz  (D.R.P.)

Panel Centralizado de Domótica. (P.C.D.)