Día 29: «Una buena nueva»

¡Bienvenido/a al reto: “Una palabra por 30 días”! Desde el pasado 10 de mayo hasta mañana, 8 de junio, publicaré un post diario con un microrrelato que contenga la palabra correspondiente de la siguiente imagen. Además, el relato contendrá el número de palabras que resulte de generación aleatoria.

¡Me encantaría que participaras y dejases tu creación en los comentarios! Puedes consultar las bases, aquí.


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Día 29: 7 de junio de 2021

Palabra del día: NUNCA

Extensión: 200 palabras

—Brindemos por esta fantástica noticia! ¡Por los futuros papás! —dijo, jubiloso, su amigo, al que más consideraba un hermano.

—¡Salud! —repitieron todos.

Se había imaginado en algunas ocasiones la posibilidad de ser padre, pero nunca proyectó que ello le haría sentir tan feliz. Nervioso, como un niño que aguarda impaciente una sorpresa, acarició la mano de su esposa que le sonrió, cómplice.

—Y… ¿para cuándo os toca? ¿Sabéis ya si va a ser niño o niña? ¿Habéis pensado en nombres? —interrogaron al unísono.

—Aún es muy pronto —respondió él —en realidad, lo único que queremos es que llegue sano.

Y allí estaba, compartiendo su alegría con los amigos de toda la vida; esos que, a pesar de los años, las distancias y, por qué no, los encuentros y desencuentros, siempre estaban ahí, dispuestos con un “sí” cuando era necesario: habían puesto su granito de arena para que él llegase lejos.

¡Cuánto le había cambiado la vida en estos años! Recordaba los momentos difíciles en su niñez, cuando los médicos copaban prácticamente su día a día. Daba gracias porque, aun con todo, fue un buen estudiante y disfrutó de su juventud. Y ahora, en aquella etapa del camino, se sentía completo.

El mensajero del caos

Recensión e ideas de “No mentirás”


  • Autor: Blas Ruiz Grau.
  • Editorial: Penguin Random House Grupo Editorial.
  • Año: 2019.
  • Género / temática: Thriller / novela negra / novela psicológica.
  • Número de páginas: edición Kindle.

Sinopsis libre:

Carlos Lorenzo, un afamado abogado residente en Madrid, recibe una llamada que cambiará su vida para siempre: su padre, Fernando, ha fallecido. Guiado por esta noticia, se trasladará al pueblo alicantino de Mors, donde deberá enfrentarse, con la ayuda de Alicia, una joven del pueblo, a los fantasmas de su pasado y a un peligroso asesino en serie que sembrará el terror en la pequeña localidad levantina. En su búsqueda de la verdad, Carlos deberá colaborar con el inspector de la Policía Nacional Nicolás Valdés, quien acababa de estrenarse, junto a su compañero y amigo Alfonso Gutiérrez, en la UDEV de Alicante.

 Nicolás y Carlos están decididos a averiguar el por qué de las cruentas muertes que asolan Mors, cada uno haciendo uso de sus propias armas. Lo que no saben es que, cuanto más cerca se encuentran de la verdad, más peligro corren sus vidas. 

Reseña:

No mentirás me ha sorprendido gratamente. Había leído muchas críticas positivas que me habían generado altas expectativas. Y, la realidad es que, después de la lectura, estas se han visto confirmadas. Debo reconocer que me costó entrar en la historia, quizá porque el lenguaje empleado por el personaje que domina el primer capítulo es demasiado atropellado, aunque, valorando este hecho en el contexto argumental de la obra, resulte perfectamente lógico.

Esta novela aporta diversos tintes de frescura al género de la novela negra española, que goza en la actualidad de grandes autores, entre los cuales se encuentra, sin duda, Blas Ruiz Grau. No es una obra pretenciosa, ni los personajes son superhéroes, aspecto que es de agradecer. De hecho, todos los protagonistas son retratados, por el autor, como «personas normales», lo que dota a la narración de un realismo muy agradable. Es fácil asimilar, de esta manera, y participar también, de los éxitos y fracasos que nos encontramos a lo largo de esta obra.

Es importante resaltar, así mismo, el extremo cuidado que demuestra el autor a la hora de describir cada uno de los escenarios en los que se desarrolla la trama, lo cual revela un intenso trabajo de documentación y estudio; aspecto que confirmamos en el apartado de «Agradecimientos».

He disfrutado especialmente de esta novela. Sin ánimo de hacer spoiler, considero un acierto por parte del autor el diseño del antagonista y cómo cada uno de los asesinatos que comete goza, en realidad, de su propia intrahistoria. Así, es mucho más que un imitador, lo cual explica el devenir de los acontecimientos y las dificultades de los inspectores Valdés y Gutiérrez a la hora de dar con él.

Solo ha existido un aspecto que me ha resultado ligeramente forzado, quizás. He percibido una cierta «descompensación» entre la puesta en escena de cada uno de los asesinatos por parte del antagonista, lo meticuloso y grandilocuente de los mismos, en relación con las motivaciones que le llevaron a cometerlos. Es como si la ejecución no terminara de cuadrar con las razones, teniendo en cuenta la psicología del asesino. Del mismo modo, conocer la identidad de este me ha dejado algunas dudas que no referiré aquí para no revelar ningún dato interesante del entramado. Dicho esto, no deja de ser positivo, a mi entender, que no conozcamos la identidad del antagonista hasta el final. Disfruto más con este tipo de planteamientos frente a aquellos en los que el lector conoce dicho dato antes que los protagonistas.

En No mentirás vas a encontrar una historia diferente, narrada de forma cercana y fresca. Además, cada elemento narrativo está pormenorizadamente tratado, lo que te transportará, desde el inicio, a las calles de Mors. Disfrutarás, seguro, de una grata lectura y, desde esta Buhardilla, te recomiendo que te sumerjas en el universo de esta fantástica novela.


Valoración: muy recomendable (4/5)

Sobre la responsabilidad social colectiva y la salud pública

Amigo/a visitante de esta Buhardilla.

Hace un par de horas, al momento de escribir estas líneas, el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha realizado una declaración institucional para comunicar que, a partir de mañana, se declara el Estado de Alarma en el territorio nacional. Aprovecho para aclarar algunos equívocos al respecto, afirmando que se trata de un régimen excepcional amparado por nuestra Constitución y, en concreto, por el artículo 116.2. En cumplimiento de las atribuciones otorgadas al Gobierno por el artículo 4º a) de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, la declaración vendrá motivada por la situación actual de pandemia global y emergencia sanitaria por la enfermedad conocida como COVID-19. Así mismo, en el decreto que mañana aprobará el Consejo de Ministros conoceremos qué medidas y restricciones concretas se nos imponen.

No soy médico, por lo que no voy a profundizar en el masivo bombardeo de información al que estamos siendo sometidos en los últimos días, aunque sí pido a todos los/as que puedan leer este texto que cumplan escrupulosamente las recomendaciones de las autoridades sanitarias: lavémonos frecuentemente las manos, evitemos la propagación del virus y cumplamos con las medidas de «distanciamiento social» que las autoridades nos están demandando. Hagamos uso de los teléfonos facilitados por cada Comunidad Autónoma, o del 112 en último recurso, antes de acudir a Centros de Salud y Hospitales. Protejámonos cada uno de nosotros para proteger a los demás, especialmente a los individuos más vulnerables al coronavirus SARS-CoV-2.

Es probable que la palabra «cuarentena» suene al oído excesivamente grave. Quizás eso desaliente a algunos. Pero lo cierto es que todavía no es tarde para frenar la vertiginosa expansión y contagio de este coronavirus. Como profesor de Derecho penal explico a mis alumnos que la razón de ser de esta rama del ordenamiento jurídico es la protección de los bienes jurídicos más importantes, individuales y colectivos; esos valores que son los más valiosos para nuestro desarrollo individual y como sociedad. Y, sin duda, uno de ellos es la salud pública.

Ahora estamos ante una oportunidad histórica de demostrar que somos capaces de proteger, entre todos, uno de esos bienes fundamentales y de comprender que lo que explicamos en las aulas es algo más que teoría. Porque la salud pública nos pertenece a todos, como sociedad, y es mucho más que la buena salud de cada uno de nosotros. «Salud pública» es coadyuvar a no colapsar nuestro sistema sanitario, así como también cumplir con las medidas de higiene necesarias. Y, por supuesto, «salud pública» es también ser responsables, cada uno en nuestro ámbito de acción, de cumplir con las medidas de «distanciamiento social». No estamos ante un aislamiento, ni un toque de queda, ni tampoco se trata de una restricción arbitraria de nuestras libertades: es una medida excepcional ante una emergencia excepcional. Si somos socialmente disciplinados, muy pronto podremos asegurar que derrotamos al coronavirus, con el menor índice de daños y secuelas negativas posible. Nuca fue tan fácil que la solidaridad de cada uno repercuta en el bien común (también en el de uno mismo).

Seguramente algunos pensarán que, al no estar en población de riesgo, son inmunes a la enfermedad. Craso error por dos motivos. El primero porque, aunque tuviera la fortuna de no infectarse, puede propagar el virus o, con un ejemplo negativo, arrastrar a otros a la irresponsabilidad. Y el segundo porque esta pandemia ya nos está afectando a todos política, económica, cultural y socialmente. Así que todos estamos enfermando por el coronavirus y, por tanto, es tarea de todos luchar contra él.

Jóvenes, recordemos que un día seremos ancianos y querremos que la sociedad nos proteja. Empleadores, recordad que vuestros empleados son, ante todo, personas: facilitad, en lo posible, el cumplimiento de las medidas. Familiares, cuidad de los vuestros y de vuestro alrededor. Enfermos, luchad, todos estamos con vosotros. Autoridades, demostrad un liderazgo fuerte, en la toma de decisiones públicas que apuesten, ante todo, por la tutela de los ciudadanos. Y, por supuesto, médicos/as, enfermeros/as, técnicos/as sanitarios, auxiliares, terapeutas… ¡GRACIAS! Desde este blog, todo el reconocimiento y gratitud que merecéis.

¡Ah! Y una última cosa… no caigamos en la histeria, la paranoia apocalíptica o el pesimismo. Informaos puntualmente, pero siempre desde fuentes oficiales. Huid de bulos y alarmismos. No tengamos dudas: vamos a salir de esta, más pronto cuanto más concienciados estemos de nuestra cota de responsabilidad como integrantes de nuestra sociedad.