Sobre la responsabilidad social colectiva y la salud pública

Amigo/a visitante de esta Buhardilla.

Hace un par de horas, al momento de escribir estas líneas, el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha realizado una declaración institucional para comunicar que, a partir de mañana, se declara el Estado de Alarma en el territorio nacional. Aprovecho para aclarar algunos equívocos al respecto, afirmando que se trata de un régimen excepcional amparado por nuestra Constitución y, en concreto, por el artículo 116.2. En cumplimiento de las atribuciones otorgadas al Gobierno por el artículo 4º a) de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, la declaración vendrá motivada por la situación actual de pandemia global y emergencia sanitaria por la enfermedad conocida como COVID-19. Así mismo, en el decreto que mañana aprobará el Consejo de Ministros conoceremos qué medidas y restricciones concretas se nos imponen.

No soy médico, por lo que no voy a profundizar en el masivo bombardeo de información al que estamos siendo sometidos en los últimos días, aunque sí pido a todos los/as que puedan leer este texto que cumplan escrupulosamente las recomendaciones de las autoridades sanitarias: lavémonos frecuentemente las manos, evitemos la propagación del virus y cumplamos con las medidas de «distanciamiento social» que las autoridades nos están demandando. Hagamos uso de los teléfonos facilitados por cada Comunidad Autónoma, o del 112 en último recurso, antes de acudir a Centros de Salud y Hospitales. Protejámonos cada uno de nosotros para proteger a los demás, especialmente a los individuos más vulnerables al coronavirus SARS-CoV-2.

Es probable que la palabra «cuarentena» suene al oído excesivamente grave. Quizás eso desaliente a algunos. Pero lo cierto es que todavía no es tarde para frenar la vertiginosa expansión y contagio de este coronavirus. Como profesor de Derecho penal explico a mis alumnos que la razón de ser de esta rama del ordenamiento jurídico es la protección de los bienes jurídicos más importantes, individuales y colectivos; esos valores que son los más valiosos para nuestro desarrollo individual y como sociedad. Y, sin duda, uno de ellos es la salud pública.

Ahora estamos ante una oportunidad histórica de demostrar que somos capaces de proteger, entre todos, uno de esos bienes fundamentales y de comprender que lo que explicamos en las aulas es algo más que teoría. Porque la salud pública nos pertenece a todos, como sociedad, y es mucho más que la buena salud de cada uno de nosotros. «Salud pública» es coadyuvar a no colapsar nuestro sistema sanitario, así como también cumplir con las medidas de higiene necesarias. Y, por supuesto, «salud pública» es también ser responsables, cada uno en nuestro ámbito de acción, de cumplir con las medidas de «distanciamiento social». No estamos ante un aislamiento, ni un toque de queda, ni tampoco se trata de una restricción arbitraria de nuestras libertades: es una medida excepcional ante una emergencia excepcional. Si somos socialmente disciplinados, muy pronto podremos asegurar que derrotamos al coronavirus, con el menor índice de daños y secuelas negativas posible. Nuca fue tan fácil que la solidaridad de cada uno repercuta en el bien común (también en el de uno mismo).

Seguramente algunos pensarán que, al no estar en población de riesgo, son inmunes a la enfermedad. Craso error por dos motivos. El primero porque, aunque tuviera la fortuna de no infectarse, puede propagar el virus o, con un ejemplo negativo, arrastrar a otros a la irresponsabilidad. Y el segundo porque esta pandemia ya nos está afectando a todos política, económica, cultural y socialmente. Así que todos estamos enfermando por el coronavirus y, por tanto, es tarea de todos luchar contra él.

Jóvenes, recordemos que un día seremos ancianos y querremos que la sociedad nos proteja. Empleadores, recordad que vuestros empleados son, ante todo, personas: facilitad, en lo posible, el cumplimiento de las medidas. Familiares, cuidad de los vuestros y de vuestro alrededor. Enfermos, luchad, todos estamos con vosotros. Autoridades, demostrad un liderazgo fuerte, en la toma de decisiones públicas que apuesten, ante todo, por la tutela de los ciudadanos. Y, por supuesto, médicos/as, enfermeros/as, técnicos/as sanitarios, auxiliares, terapeutas… ¡GRACIAS! Desde este blog, todo el reconocimiento y gratitud que merecéis.

¡Ah! Y una última cosa… no caigamos en la histeria, la paranoia apocalíptica o el pesimismo. Informaos puntualmente, pero siempre desde fuentes oficiales. Huid de bulos y alarmismos. No tengamos dudas: vamos a salir de esta, más pronto cuanto más concienciados estemos de nuestra cota de responsabilidad como integrantes de nuestra sociedad.