
Abrí los ojos, aturdido. Ante mí, sobreponiéndose a una onírica neblina, se abrió majestuosa la presencia de un crómlech, como los que tantas veces había estudiado en mis años de mocedad como profesor universitario.
Me acerqué, entusiasmado, para descubrir en su centro una fuente, construida íntegramente en ópalo, de la que brotaba un agua límpida y cristalina. A un lado, al final de un pequeño riachuelo, contemplé un arbusto con extrañas flores color turquesa, parecidas a la Hibbertia, pero con seis pétalos de tamaño regular.
De súbito apareció ella; rodeada de un halo dorado. Y lloré, desconsolado, hasta que desperté.
(100 palabras sin contar el título)
* . * . *
He creado este microrrelato para el reto mensual «Escribir Jugando» del mes de enero de 2023 propuesto por Lídia Castro en su blog. Me he inspirado tanto en la carta como en la imagen del ópalo y he tratado de seguir también el desafío opcional. ¡Espero que os guste!