30 de octubre de 2022
Queridísimo hijo, Mateo:
¡No sabes cuán entusiasmados estamos! ¡Anteayer, viernes 28 por la tarde, tu mamá y yo tuvimos la oportunidad de verte en 4D! Llevaba varias semanas organizando esta sorpresa y, por fin, pudo hacerse realidad. ¡Gracias a Ecox 4D-5D Salamanca pudimos ver tu rostro por primera vez! Guardo, como uno de los momentos más bonitos de tu espera, la felicidad de mamá cuando se lo conté.
Había leído algunas cosas sobre la ecografía emocional en 4D y 5D, pero ciertamente, la experiencia fue maravillosa; superó todas nuestras expectativas. Es probable que cuando leas esto te dé un poco de vergüenza, pero a mí no me sonroja reconocer que tanto a mamá como a mí se nos saltaron las lágrimas en cuanto pudimos verte: los mofletes de mamá, la barbilla de papá. Se me eriza la piel al evocarlo.
Llegamos al lugar acompañados de la abuela Maribel, el abuelo Javi y la tía Miriam. Por desgracia, aunque esa era mi intención, no pudimos hacerlo coincidir con la estancia de los tatas Paty y Chin, la tía Janita y la primita Agustina en España. Es la única pena que me quedó.
La sala parecía un cine. El chico que gestionaba la experiencia colocó a mamá en una camilla y a mí me invitó a tomar asiento en un sofá frente a una pantalla grande donde se proyectaba el ecógrafo. Mamá dice que la camilla era cómoda, pero que la posición no tanto. Ella fue una campeona; aguantó todo el tiempo en una postura complicada para que pudiéramos verte bien.
Después de los primeros minutos, en los que solo estuvimos presentes tu mamá y yo, entraron los abuelos y la tía. Los tres se emocionaron mucho al verte, sobre todo la abuela, a quien poco le faltó para ponerse a llorar. A ti pareció no hacerte mucha gracia: parece que te despertamos de la siesta y no te gustó demasiado tanto movimiento, pero, aún así, nos regalaste una (sí, solo una) sonrisa y algunas caritas de enojo.
Al finalizar, nos regalaron muchas cositas: productos para mamá y para ti, algunos descuentos y lo más importante, una colección de imágenes y el latido de tu corazón, los cuales nos acompañarán hasta que llegues. Para culminar el maravilloso día, fuimos a cenar con los abuelos y la tía. La comida fue realmente mala, pero esa es otra historia. ¡Te amamos infinito y te esperamos!
¡Qué bonito…!
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¡Muchas gracias, Antonio! Un saludo.
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